Rebaños
de ovejas, castellanas, grandes, de buena lana, que crían
un cordero (o a veces traían mielgos) y se sacan
a pastar en rebaños.
En.................
se hacen los rederos en las tierras para abonarlas, y se llevan
allí las ovejas a sestiar. Los rederos se forman
con cañizas de madera, y se mudan de una tierra a otra.
Los
rebaños también se guardan en corrales y corralas, compuestas
de una parte cubierta con techo, y otra descubierta, de altas
paredes para que el temido lobo no la llegue a saltar.
El
mayor trabajo de las ovejas lo dan cuando paren y en época
de esquila, allá cuando los calores empiezan a anunciar el
verano. La esquila se hacia con grandes tijeras de hierro
bien afiladas, con tiento y cuidado para no herir a los animales,
aunque siempre alguna oveja quedaba un poco ajagada.
Es
después de la esquila cuando se llevan a las sierras y lugares
en los que, a pesar del verano y la sequía que dicha estación
acarrea, aún hay pastos. Es en esta época cuando empieza la
trashumancia. Las merinas vienen del sur, de la Extremadura
seca pro el sol, hacia el fresco de las sierras.
Por
cañadas reales, veredas y sendas que desde tiempos de la Mesta
se dispusieron para el paso de estos ganados, recorren muchas
leguas hasta llegar a su destino.
Al
atardecer era típico ver una nube de polvo y un lejano eco
de esquilas y cencerros, anunciando el paso de las ovejas.
Junto a ellas caballos, mulas, perros y pastores. Los mulos
cargados de alforjas, los perros con carlancas (carrancas)
y collares.
Y
pasaba el tiempo de estancia en las frescas serranías, en
septiembre regresan, más gordas, y en los pueblo se ponen
cañizas, se hacen rederos y se procede a apartarlas, para
que cada vecino que había enviado su tagayo a
la sierra lo recogiera y lo devolviese a su corral...
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